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Ex-alcalde, Constituyentista, ex-diputado AN, y ex-gobernador del Estado Monagas. Luchador incansable por el rescate de la democracia en mi patria VENEZUELA.

domingo, 16 de octubre de 2016

Rebelión sin tregua es la SALIDA.

El pasado 12 de octubre, tras las concentraciones convocadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bajo el llamado “Por la restitución de la democracia y la Constitución”, el pueblo venezolano mostró, una vez más, su intención democrática de  rebelarse a la tiranía que nos desbarranca e  ir a un Referéndum  para revocar el mandato de Nicolás Maduro. Se trató de una convocatoria hecha por una organización de partidos políticos pero la movilización fue popular. Es innegable que más del 88% de la población rechaza la gestión de Nicolás Maduro y quiere contundentemente, un cambio de gobierno.

Rebelarnos con fuerza, firmeza y sin tregua debe ser el camino que nos conducirá al rescate de nuestros derechos ciudadanos. Aún cuando estamos conscientes que las narcorrectoras no escuchan el clamor popular sino las órdenes de su patrón narcojefe del partido de gobierno, los días 26, 27, 28 de octubre 2016, serán tan contundentes que no quedará más opción que convocar al proceso electoral que sin lugar a dudas culminará con la revocatoria del mandato del peor presidente de la historia Republicana de Venezuela.

Son demasiadas las escaramuzas y escollos que el narcogobierno ha puesto para negar el ejercicio del derecho constitucional a revocar el mandato de los funcionarios de elección popular, imponiendo en Venezuela la dictadura del cogollo del partido de gobierno. Otrora lo hizo camuflado bajo el imperio de la voluntad popular, en ese momento convocaba a elecciones todos los años. También, cuando la mayoría absoluta les favorecía, ocultaron sus verdaderos proyectos personalistas, en el imperio de la Asamblea Nacional. El Poder Moral estableció su propio concepto de moral, concepto que ahora enarbola nuestro máximo tribunal al hablar de justicia activa y socialista.

Solo en un régimen dictatorial se pueden escuchar declaraciones como la dada por Nicolás Maduro el 04 de octubre cuando señalo La prioridad no es hacer elecciones, refiriéndose al Revocatorio y a las Elecciones Regionales que corresponderían celebrarse este año y demostrando que quien decide lo que por derecho nos toca a los venezolanos es este grupito de tracaleros descocados que no aceptan su fracaso y mantienen el poder secuestrado en su locura hegemónica. Solo a través de un golpe de estado se puede desconocer los poderes públicos como lo ha hecho la Sala Constitucional del Tribunal de Supremos Atropellos e Injusticias en reiteradas ocasiones atribuyéndose competencias exclusivas de la Asamblea Nacional, la última de ellas, con la Sentencia N° 814, de fecha 11 de octubre de 2016, en la que declaró que el presupuesto nacional deberá ser presentado por el Presidente de la República ante la Sala Constitucional, bajo la forma normativa de Decreto que tendrá Rango y Fuerza de Ley. 

Solo en un régimen pervertido se niega la ayuda humanitaria que ofrecen países extranjero para solapara la escasez de medicinas y alimentos, cuyos gobernantes mantienen sometido a su pueblo a cambio de una bolsa de alimentos, como no ocurría desde el feudalismo o la esclavitud. Solo el “Socialismo del Siglo XXI” es capaz de desvastar una de las naciones más sólidas y ricas del mundo...

Lo he dicho en varias oportunidades y lo ratifico nuevamente, soy demócrata, creo en la inteligencia de mis conciudadanos y soy partícipe de los diálogos para superar las crisis políticas y de gobernabilidad. Sin embargo, en Venezuela no estamos frente a un conflicto político sino frente a un gobierno forajido y delincuente con el que no se puede conversar y en quién no se puede creer; un gobierno autoritario que se sirvió del pueblo y de la constitución mientras le fueron útiles a sus verdaderos fines (el control del poder y de las riquezas). Frente a un gobierno que carece de moral, que está implicado en delitos de tráfico internacional de drogas, que viola diariamente la constitución que juró cumplir y hacer cumplir como ya lo hizo en 1992, cuando intentó tomar el poder por la fuerza militar y que hoy, tratando de preservarlo, ha dado un golpe de estado institucional subyugando los distintos poderes públicos a la voluntad suprema y al servicio de una parcialidad política (incluyendo el desconocimiento a la Asamblea Nacional) AMERITA ACCIONES MÁS RADICALES.

Históricamente  se demuestra cómo cada pueblo de cada rincón del mundo se rebela ante cualquier persona o grupo que ostente el poder sin cumplir las leyes que garanticen los Derechos Fundamentales de sus pueblos. Desde la época de la Colonia, pasando por todas las rebeliones contra las dictaduras disfrazadas o destapadas de Pinochet en Chile, de Jorge Videla en Argentina, de Fujimori en Perú, en toda Latinoamérica y muchos otros países la opción de destronar a los abusadores del poder es la fórmula necesaria para hacerles entender que su atropello tiene un final. En ese sentido, frente al bloqueo de las salidas democráticas, creo que los que dirigen la oposición venezolana deben estudiar otras vías para sacar a los delincuentes de Miraflores. Manifestaciones que mantengan encendida la calle, que obligue a este gobierno ciego, sordo y delincuente a VER que no representan la voluntad popular, que les grite lo inaguantable de la situación económica y social que se vive en Venezuela y que los medios tratan de opacar; incluso llamar a un paro general donde el pueblo deje en evidencia que ya no tiene fuerzas para tratar de sostener el aparato burocrático del estado, donde diga no trabajo más para pagar impuestos que alimentan la corrupción, no trabajo más para pagar alimentos importados que enriquecen a enchufados y naciones extranjeras, no trabajo más para que un pequeño grupo de encumbrados sigan desangrando mi país.

Creo que invocar el artículo 350 de Constitución de la República de Venezuela es la formula más constitucionalista que nos queda a los venezolanos para decir BASTA DE TANTO ATROPELLO. De esta experiencia nos quedará una gran enseñanza, el autoritarismo se disfraza de buenas intenciones, en Venezuela se disfrazó de “Socialismo del Siglo XXI”.

Por todo lo que vive mi patria y por un fin cercano a tanta vejación, seguiré dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA.

José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño.

Twitter:

@josegbricenot